Si bien la quinta generación de esta famosa familia estaba en la puerta del horno, en 2007 se tuvieron que usar maquetas para dar vida a Bumblebee.

El Chevrolet Camaro es considerado por muchos como el muscle car definitivo, gracias a su poderosa historia y envidiable performance.

Sin embargo, al momento del rodaje de Transformers (2007), el deportivo de General Motors (GM) distaba del éxito que gozó en décadas pasadas.

Las estrictas regulaciones medioambientales destruyeron el espíritu de esta línea, que por décadas destacó por sus grandes motorizaciones.

Sólo la llegada de nuevas tecnologías, las que apuntaban hacia una mayor eficiencia, permitió a los ingenieros de GM soñar con un nuevo y potente Camaro.

Resulta que la incorporación de estas innovaciones lograron que, por casualidad, aumentara la performance de los motores, sin sacrificar la calidad del aire.

Esto dio pie a la revitalización de esta histórica familia, pero al momento del rodaje de Transformers, esta era solo una idea, pues no había más que un concept car (2006).

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Bumblebee: El Chevrolet Camaro de Transformers

Dirigida por Michael Bay y producida por Steven Spielberg, Transformers era una adaptación live action de una exitosa franquicia de los 80s.

Automóviles poseídos por entidades extraterrestres que buscaban salvar a la humanidad de un terrible final, es la premisa central de la producción.

En ese sentido, el rol central era interpretado por Bumblebee, entidad de gran poder que había tomado la identidad de un Chevrolet Camaro de 1977.

Este automóvil era de Sam Witwicky (Shia LaBeouf), quien deberá enfrentar una serie de desafíos a lo largo de la historia, junto a Mikaela Banes (Megan Fox).

Un modelo muy especial

La mayor anécdota de esta cinta es que el Chevrolet Camaro que vimos en la pantalla grande no existía en realidad, pues faltaban aún dos años para su estreno.

Resulta que General Motors trabajó apresuradamente en el concept car desarrollado en 2006, pues no había más material que ese para su fabricación.

Los ingenieros de la marca utilizaron los moldes de este vehículo, pero sin mayores mayores certezas, de hecho, el chasis fue ajustado de un Holden Monaro.

El resultado fue realmente espectacular, y la recepción del público aún mejor, logrando posicionar al modelo en todo el planeta con gran éxito.

Así, quienes esperaron esos dos años, se llevaron un modelo con un poderoso (y eficiente) motor V8 de 6.2 litros, el que entregaba una potencia de 400 hp y 556 Nm.

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