The Last of Us Part 2 es una vertiginosa travesía que nos inunda de violencia descarnada, supervivencia extrema y emociones que calan profundo.
Cuando se confirmó la segunda parte de The Last of Us Part 2 pensamos que no habría forma de continuar una línea argumental tan bien lograda, pero nos equivocamos. Cada escenario es una obra de arte; cada diálogo entre los personajes tiene un sentido y, por sobre todo, cada acción tiene su consecuencia. De eso se trata esta historia.
Considerando el camino que ha trazado con títulos como Uncharted y Crash Bandicoot, casi como pequeñas cucharadas de perfección a la que Naughty Dog nos tiene acostumbrados, The Last of Us Part 2 se siente «en el paladar» como aquella receta que nos remece cada vez que la probamos, pero aún más refinada, casi impoluta, tal y como nos gustaría que supiera.
Y es ahí donde el sabor de esta historia toma otros matices, pues llega en un momento duro y profundamente emocional para todos. Queramos o no, las similitudes que posee la historia con lo que hoy vivimos como humanidad le entregan a este juego un valor agregado, que nos hace sentir más cercanos a sus personajes y sobre todo a sus desafíos.
Adentrándose en su estructura, el juego tiene evidentes similitudes con su antecesor y que nos hacen «sentir en casa». En el amanecer de la historia retomamos los hechos desde aquella confusa escena en el hospital de Santa María, donde quienes generamos afecto por Ellie y Joel vimos la línea entre lo bueno y lo malo particularmente difusa.
De ahí en adelante todo es un deleite. A pesar de que comienza con una cuota de pasado, The Last of Us Part 2 nos hace sentir indudablemente frente a una nueva aventura.
La profundidad y respeto con el que Naughty Dog trata a cada personaje es algo a distinguir. Más cuando la carga argumental está sobre Ellie, quien en esta nueva entrega nos recuerda de manera magistral lo difícil de la adolescencia lo difusas que son las emociones. A pesar de no poseer una personalidad chispeante, nos invita a empatizar con sus pensamientos y nos hace parte de su persistente incertidumbre.
Y es aquí donde The Last of Us Part 2 nos da un golpe de realidad al decirnos de forma explícita que no estamos frente al típico arquetipo del héroe invencible ni el de la doncella que debe ser rescatada, sino que estamos en presencia personas con sentimientos complejos y por sobre todo con debilidades. Aquí no hay ventajas, Ellie y Joel son simples sobrevivientes tratando de anotar un día más de existencia.
Si hablamos de la experiencia visual, me atrevería a asegurar que The Last of Us Part 2 es sin duda una pincelada a todo aquello que la PlayStation 5 nos tiene preparado. Cada escenario tiene ese tinte propio e irrepetible que te hace sentir dentro del juego, otorgando en cada secuencia un desafío nuevo y distinto al anterior.
Sus entornos sorprenden con cada uno de los detalles que inundan la pantalla y que en ningún momento se vuelven reiterativos. La belleza de cada luz reflejada, de las texturas en los elementos y el foley de sonido que acompaña cada capítulo son realmente una exquisitez.
Velocidad e historia
Respecto a cómo se desarrolla la aventura, si crees que será una historia más veloz que la anterior, estás completamente equivocado.Quizá sea incluso un poco más lenta y enfocada en los detalles.
Desde mi humilde perspectiva, quizá habría otorgado más amplitud a las opciones de exploración en vez de priorizar la historia principal. Y es que la genialidad de este mundo abierto se condice con las leves opciones que existen para desviarnos de aquello que da cuerpo al guión de este juego.
A pesar de esto, es destacable lo inmensamente intuitiva que es la navegación por el entorno. Es tan simple como mirar hacia el horizonte y saber hacia dónde vas para continuar con las tareas del juego; no se hace necesaria una brújula ni mucho menos un mapa.
Todo está ahí, delante de ti.
Acerca de la jugabilidad, se mantuvo las estelas de olor y el clásico Listen Mode que te permite «sentir» a los enemigos a mayor distancia, aunque hay muchas mejoras respecto al título anterior. Los movimientos físicos son más precisos y variados.
Los combates, sobre todo entre humanos, son una experiencia mucho más desafiante, tanto a nivel técnico como táctico, y tiene pequeños «regalitos» que hacen de The Last of Us Part 2 una experiencia más personalizada. Podrás mejorar armas, recoger objetos de tu entorno para crear medicinas y potenciar habilidades.
Para evitar cualquier tipo de spoiler, me siento en la obligación de concluir este review asegurando que esta podría ser la obra maestra de Naughty Dog; profundizar más en cada uno de sus aspectos sería eterno, pero The Last of Us Part 2 es una de esas historias que vale más cuando la vives que cuando te la cuentan.
Es de esos juegos que te mantiene en una constante montaña rusa de emociones. En un momento te quedas eufórico luego de terminar con una horda de runners, y al rato te emocionas tanto con un fragmento del guión que no soportas las lágrimas.
Sí, quizá se me cayeron algunas.
No puedo más que concluir agradeciendo a Naughty Dog por entregarnos una segunda parte tan bien cuidada, respetuosa de su origen y sin duda mejor de lo que todos esperábamos.
Casi como «nota mental», para no olvidar la idea en el epílogo de este review, me es imposible no comparar las circunstancias de su lanzamiento, casi en el ocaso de la PlayStation 4, con las que tuvo en su momento Assasin’s Creed Rouge, también lanzado para Xbox 360 cuando estaba a punto de ser reemplazada. Ambas historias robustas, derechamente geniales, y que capturaron la atención de los fans.
Quizá sea un sentido, casi poético y cariñoso «último adiós», como el abrazo de alguien que se despide sonriendo, pero que dentro de sí sabe que no volverá.