Este pequeño deportivo alemán fue protagonista de uno de los accidentes más trágicos de Hollywood, el que le quitó la vida al famoso actor de 24 años.

El Porsche Spyder 550 es un deportivo de solo 550 kilos y un motor de 110 CV, el que destaca por su gran velocidad y agilidad.

Esto llamó la atención de James Dean (24 años), un rebelde actor de Hollywood, y también una promesa del deporte tuerca.

El protagonista de «Rebelde sin causa» (1955) llevaba un tiempo compitiendo exitosamente en diversas carreras a lo largo de Estados Unidos, como Palm Springs Road Races.

Sin embargo, el objetivo de Dean era ganar las 500 Millas de Indianápolis, una de las carreras más importantes del mundo.

 

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Antes de continuar con la historia de James Dean, no olvides leer otras notas de autos legendarios, como el Ford Deluxe de Grease.

La maldición del Porsche Spyder 550

Cuando James Dean se encontraba filmando «Rebelde sin causa», decidió cambiar su antiguo Porsche 356 por el atractivo 550 Spyder.

Y como Dean era un fanático de las tuercas, lo envió de inmediato con George Barris, un reconocido fabricante de autos de películas.

Barris se encargó de modificar los asientos, integrar el número 130 en la carrocería y la instalación del icónico «Little Bastard» o «Pequeño Bastardo».

Se cuenta que una vez terminadas las modificaciones, el joven actor salió de paseo por Los Ángeles, instancia en la que se encontró con Alec Guiness.

Reconocido por su papel de Obi-Wan Kenobi en Star Wars, Guiness le advirtió que si se subía a ese auto iba a terminar muerto, lo que ocurrió una semana después.

El accidente

El fatal accidente ocurrió un 30 de septiembre de 1955, fecha en la que James Dean falleció junto a su mecánico, Rolf Wütherich.

Ese día Dean tenía planificado llevar al pequeño Porsche Spyder 550 a Competition Motors, lugar en el que se realizaría su puesta a punto.

Wütherich trabajó varias horas para preparar el automóvil para este viaje, por lo que el actor decidió ir a repostar combustible para probarlo.

A pesar de que tenían planificado llevar el Porsche sobre un remolque, esto provocó que Dean decidiera viajar a lo largo de la costa para darle kilómetros.

Entonces, mientras ambos conducían por la carretera, cerca de Cholame, California, un Ford Tudor de 1950 se les cruzó a gran velocidad, no pudiendo evitar el accidente.

El impacto fue frontal, pero Dean alcanzó a deslizar al pequeño Porsche por uno de los costados del Tudor, pero la hábil maniobra no fue suficiente para salvar la vida del actor, quien murió a los pocos minutos.

Huellas de una maldición

Tras el terrible accidente, George Barris compró lo que quedaba del automóvil por US$2.500. Una vez que lo tuvo en su taller, el Porsche resbaló de un soporte y le rompió la pierna.

Tras el suceso, Barris decidió vender el motor y transmisión a William Eschrid y Troy McHenry, quienes colocaron las partes en sus autos.

Al poco tiempo, McHenry perdió el control de su deportivo, impactando contra un árbol, lo que lo hizo perder la vida al instante.

Por otra parte, la transmisión de Eschrid se bloqueó mientras conducía, lo que provocó que su vehículo se volcara inmediatamente, quedando gravemente herido.

Sin encontrarse aún del todo consciente de la maldición, Barris decidió vender dos neumáticos del Spyder de James Dean, las que más tarde se reventaron al mismo tiempo.

El terrorífico Porsche también se cobró de quienes intentaron robar sus partes, lo que ocurrió tras el ingreso de dos delincuentes al taller de Barris.

A uno se le desgarró un brazo al tratar de quitar el manubrio del vehículo y otro sufrió una fea herida al intentar remover el asiento.

Con tantas señales, George Barris se convenció de la maldición, y decidió deshacerse del automóvil del joven actor estadounidense.

La Patrulla de Carreteras de California decidió darle un mejor uso, como objeto de exhibición para advertir a los jóvenes de los peligros de la conducción.

Sin embargo, no se pudieron librar del aire negativo del deportivo, pues el garage donde se encontraba se incendió inexplicablemente.

Después, se resbaló del escenario donde se le exhibía en un colegio, lo que provocó un terrible accidente, el que dejó a un alumno con la cadera rota.

Después de todos estos terribles acontecimientos, desapareció sin dejar rastro el temible Porsche Spyder 550 del legendario actor James Dean.

 

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