El «Litle Bastard» o «Pequeño Bastardo» pesaba solo 550 kg y su motor ofrecía 110 CV, por lo que era muy rápido para su época, pero también inseguro.
El Porsche Spyder 550 quedó en la historia del automovilismo mundial por un trágico hecho; ser uno de los protagonistas en la muerte del joven actor James Dean.
Dean nació en Indiana, Estados Unidos, en 1931, destacando desde muy pequeño por su gran carisma, el que lo llevó a lo más alto de Hollywood.
Sin embargo, fue su rol de Jim Stark en Rebelde sin causa (1955) el que lo catapultó al estatus de leyenda del cine y televisión.
El papel de un problemático adolescente de Los Ángeles, California, personificó a gran parte de los jóvenes nacidos tras la Segunda Guerra Mundial.
De hecho, su actitud despreocupada y rebelde aún sigue inspirando a jóvenes de todo el mundo, quienes imitan su peinado y estilo.
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Antes de continuar con la historia de este Porsche, no olvides revisar otras notas que hemos preparado sobre autos icónicos, como el Ford GT40 y El Auto Fantástico.
James Dean: El apasionado de las tuercas
Con el auge de los hot rods, y el gran desarollo de las marcas automotrices de Detroit, Míchigan, la cultura adolescente se vio inundada de tuercas.
James Dean no fue una excepción, pues en 1954 se interesó en formarse como piloto profesional, algo que desarrollaría en paralelo con su carrera de actuación.
Entonces, Dean comenzó a comprar diversos tipos de vehículos, además de aventurarse en varias pistas a lo largo de Estados Unidos.
De hecho, llegó a participar en Palm Springs Road Races, un evento que congregaba a lo más graneado del estado de California, incluyendo al reconocido Ken Miles.
En esta carrera, el joven piloto logró el primer lugar en la categoría de novatos, mientras que compitiendo con los profesionales se quedó con el segundo puesto.
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Sin embargo, el sueño de James Dean era competir en las 500 Millas de Indianápolis, una de las carreras más icónicas del automovilismo mundial.
Lamentablemente, esta idea se vio truncada por su apretada agenda de actor, y su posterior muerte, lo que acalló para siempre los cilindros de su motor.
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Porsche Spyder 550: «Litle Bastard»
Este Spyder 550 era muy complicado de controlar, por lo que James Dean decidió llamarlo «Litle Bastard» o «Pequeño Bastardo».
El modelo fue totalmente personalizado, proceso que estuvo a cargo de George Barris, personaje que también modificó vehículos como el Batimóvil.
Asientos de tela escocesa, líneas rojas en la sección trasera y su icónica numeración 130, son algunas de las características añadidas por Barris.
Además, con técnica de mano alzada se añadió su nombre: «Litle Bastard», detalle que lo acompañó hasta su trágico final.
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Desde un punto de vista técnico, este Porsche no tenía nada de otro mundo, de hecho, carecía de varias estándares mínimos de seguridad.
Sin embargo, se puede destacar su peso de solo 550 kilos y potencia de 110 CV, la que le ofrecía una velocidad y maniobrabilidad endemonionada.
Muerte de un ícono
Uno de los hechos más asombrosos de este Porsche está relacionado con Alec Guines, actor que más tarde se haría conocido por interpretar a Obi Wan Kenobi en la trilogía original de Star Wars.
Guines, al ver la pequeña máquina de Dean, le advirtió al joven actor que moriría a la semana siguiente si se le ocurría seguir conduciendo el vehículo.
La anécdota se transformó en un terrible presagio, pues, precisamente, a la semana siguiente, un 30 de septiembre de 1955, James Dean falleció junto a su mecánico, tras intentar esquivar a un Ford Tudor.
El impacto fue frontal, pero Dean alcanzó a deslizar al pequeño Porsche por uno de los costados del Tudor, pero la hábil maniobra no fue suficiente para salvar la vida del actor, quien murió a los pocos minutos.
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