El modelo producido en 2002 integraba un motor V6 Twin Turbo de 3.8 litros, el que entregaba una potencia de 320 CV y 384 Nm, incluyendo un potente paquete de modificaciones.

El Nissan Skyline GT-R R34 es una auténtica leyenda del mundo tuerca, no solo por su estelar aparición en Rápidos y Furiosos, sino que por su larga tradición.

Skyline es un modelo que Nissan ha fabricado ininterrumpidamente desde 1957, destacando por su espíritu deportivo y rebelde.

Todo esto se debe a la fusión del fabricante japonés con Prince Motor Company, empresa que provenía del mundo de la aviación y que desde esa industria colaboró con lo mejor para el Skyline.

Años de éxitos en las pistas y mercados pasaron, hasta que se presentó el GT-R R34, un modelo que quedó inmortalizado como el automóvil de Brian en Rápidos y Furiosos.

 

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Nissan Skyline GT-R R34: El músculo japonés

A lo largo de la saga de Rápidos y Furiosos, el Skyline hizo varias apariciones, pero el corazón y tecnología de este modelo se mantenía más o menos similar.

En la cuarta película, el modelo estaba pintado completamente de azul metalizado, contando con un motor V6 Twin Turbo de 3.8 litros.

De serie, esta planta motriz le entregaba una potencia de 320 CV y 384 Nm de torque aplicado a la rueda, pero sabe que este automóvil tenía varias modificaciones.

A primera vista, se podía vislumbrar la instalación de una combinación de un body kit fabricado por Motorex y C-West, quien le daba ese particular aspecto.

Además, este Skyline integraba llantas Rays Volk RE30 y neumáticos Continental Sport Contact 2, que estaban especialmente diseñados para soportar un alto torque.

A eso se suma su suspensión preparada por la reconocida compañía Kaizo Industries, y los cinturones de seguridad diseñados por OMP Racing.

Si bien no se conocen las cifras exactas, se especula que el GT-R R34 de Rápidos y Furiosos alcanzaba una velocidad cercana a los 300 km/h.

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